
La remolacha es un precursor natural del oxido nítrico, presente en la sangre, participa en la forma en que los músculos producen energía. Al aumentar su proporción, se reduce la cantidad de oxígeno necesaria para mantener el esfuerzo por debajo del umbral anaeróbico. Es decir, no tener que cambiar de sustrato energético metabólico y poder mantener, durante más tiempo, cierta intensidad, retrasando la llegada de la fatiga y de la acumulación de metabolitos, como el lactado.
El consumo permanente de remolacha produce la dilatación de los vasos sanguíneos. Este efecto aumenta la llegada de sangre a los músculos, mejorando su eficiencia en los procesos de contracción y relajación musculares.
Normalmente, a una baja intensidad de ejercicio, la llegada de sangre al cerebro se ve aumentada. Sin embargo, a mayor intensidad, el aporte de oxígeno al cerebro se ve reducido.
Una de las ventajas que ofrece la mayor presencia de óxido nítrico en el torrente sanguíneo es una mayor agudeza mental y mejor tiempo de reacción. Ambas cualidades resultan cruciales en la mayoría de prácticas deportivas.
ADAPTACIONES PRODUCIDAS POR EL CONSUMO DE REMOLACHA A LARGO PLAZO
Su consumo mantenido en el tiempo también fortalece el sistema inmunitario y favorece la expresión génica. Además, una de las adaptaciones más interesantes que se producen para mejorar el rendimiento deportivo es la mejora de la eficiencia mitocondrial.
Favorece la captación de glucosa por las fibras musculares Incluso aumenta el número de mitocóndrias, a través de la biogénesis, La fosforilación oxidativa se verá mejorada. Es decir, podrás funcionar más tiempo y a más intensidad utilizando grasas como combustible. También ayudará para soportar el frío que se nos viene encima.